lunes, 21 de marzo de 2011

Las desigualdades sociales según el poder adquisitivo en España.

21/03/11
Las desigualdades sociales se pueden distinguir según varios principios, uno de ellos es el nivel de renta y poder adquisitivo de las diferentes las clases sociales.   
   Cabe destacar en primer lugar, algunos datos generales acerca de las desigualdades sociales que tienen lugar en el país. Según las cifras de Eurostat (la agencia de datos de la Unión Europea), España es el país más desigual de la Unión Europea. Esta afirmación se apoya en que el coeficiente Gini (que mide el grado de desigualdad de un país) es el más alto de la UE y la distancia en el nivel de renta entre el 20% de la población de renta superior (que incluye la burguesía, la pequeña burguesía y las clases medias de renta alta) y el 20% de la población de renta inferior (la mayoría de clase trabajadora no cualificada) es la más alta de la Unión Europea. Las diferencias en la calidad de vida entre las clases sociales son también las más acentuadas de la UE, dato que vemos por ejemplo en las cifras de mortalidad. 
  Por otra parte, estas desigualdades tienen como causa principal el enorme poder económico, mediático y político que ha tenido históricamente y continúa teniendo el 20% de la población de la renta superior del país (es la clase alta que incluye, entre otros grupos sociales, a los creadores de opinión).
  Una causa importante de que el Estado español sea tan poco redistributivo se debe al escaso desarrollo de su Estado del bienestar, es decir, de las transferencias públicas (como las pensiones) y de los servicios públicos (como sanidad, educación, servicios del cuarto pilar del bienestar –como escuelas de infancia y servicios domiciliarios a las personas con dependencias–, servicios sociales, vivienda social, prevención de la exclusión social y otros), que tienen una gran importancia para explicar la calidad de vida de la ciudadanía y muy en particular de las clases populares, que son las que más utilizan tales transferencias y servicios. 
 Aquí cabe destacar el incremento de personas o familias pobres (en la Unión Europea en 1970 había 30 millones de personas pobres frente a nuestros días con un número de 57 millones), o la disminución en la parte de renta global (del 2,3% al 1,4%) que corresponde al 20% de la población más pobre del planeta, frente al incremento del 70% al 85% que ha registrado el 20% con más poder.  
 Entonces, viendo como en la sociedad española existen diferencias de poder vemos como también existen diferencias a la hora de acceder a productos o servicios. Una familia de clase media o baja puede acceder a productos y servicios de primera necesidad y de calidad normal ante aquellos de clase alta que pueden acceder a servicios y productos distinguidos, de alta calidad y relacionados con los lujos y placeres.  
 En esta sociedad de consumo no poder adquirir productos o servicios marca más la pertenencia a una clase alta o media- baja y por supuesto en estas últimas se produce una tremenda sensación de impotencia ante la gran oferta consumista. Ellos no pueden adquirir esos productos o servicios pero si están expuestos a que se les vendan de manera persuasiva. 
La sociedad de consumo puede acentuar las desigualdades sociales en nivel económico, provocando una situación desequilibrada muy difícil de solucionar a corto plazo.  

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