21/03/11
Siguiendo con el tratamiento del blog, hoy me gustaría hablar, como a mis compañeros, de la desigualdad social. Más concretamente de la desigualdad que hay en España con las clases sociales.
Debemos tener en cuenta que España está pasando un momento crítico en el que la economía va de capa caída y por ello dichas desigualdades son ahora mucho más claras, lo que hace más comprensible el tema sobre el que voy a hablar. En un primer momento cabe destacar la desigualdad económica, evidente en los tiempos que corren, de las clases sociales. Estas se vieron trastocadas en la época de la Revolución Industrial y hasta la fecha siguen siendo las mismas. Nos encontramos con la clase obrera y los “ricos”, es decir personas con un nivel económico muy alto y por lo tanto una renta que supera la media. En cambio la clase obrera es aquella que se mantiene en la media y que vive con lo que tiene, pero que muchos intentan vivir como “ricos” lo que hace que su nivel económico se encarezca. Por último tenemos la clase de los “pobres”, es decir aquellos que viven gracias al subsidio del estado, tal como ayudas de dinero, ya sea el paro, ayudas alimentarias, en los albergues, o incluso con ayudas en “especias”, como entregarles pisos gratis ya que su nivel económico no les permite acceder a ello y según la constitución Española todo español tiene el derecho a una vivienda digna. Esta estratificación social se debe en muchos casos y a rasgos generales al hecho de que no todos tenemos el mismo nivel intelectual, todo ello debido a la desigualdad de conocimiento por el problema del acceso a la educación. Se suele entender que la gente obrera solo puede acceder a colegios públicos y no a privados, ya que su nivel económico no se lo permite. Mientras tanto la clase “rica” envía a sus hijos a colegios privados en los que la educación es mucho más elitista y perfeccionada que en los públicos y en estos colegios los niños encuentran mucha más atención por parte de los padres. En realidad, esta estratificación viene a raíz de este gran problema: el acceso a la educación. Está claro qe cualquier persona puede triunfar en la vida y mucho más en el campo laboral, pero hay que tener en cuenta que muchas veces, por no decir casi siempre, la educación tiene un papel muy importante en ése “éxito”. Desde siempre se ha dicho que el futuro son los niños, pero esto no es así ya que no todos los niños tienen la misma educación y por lo tanto no todos podrán con el “país a cuestas”. Por lo tanto eso implica una estratificación en aumento, por mucho que la natalidad del país haya decaído en estas últimas décadas. Esto, además, tiene un problema más grave añadido: la deserción de los jóvenes en el panorama de los estudios. Con esto me refiero a que, a día de hoy, muchos jóvenes prefieren trabajar, ya que hasta hace 4 años la situación laboral española era plena y fructífera y por lo tanto el acceso al empleo era más amplio y se pedía menos experiencia y menos estudios. Por ello, al ser el trabajo una salida mucho más fácil y rápida antes que el estudio, muchos de los jóvenes optaron por esa salida. De esto es responsable, en muchos de los casos el papel de la educación en nuestro país ya que no es tan obligatoria como se piensa y además el apoyo recibido no es demasiado por parte del profesorado. El hecho de que los jóvenes opten por una salida fácil como el trabajo ha hecho que la calidad de sus vidas descienda drásticamente a causa de la crisi, aumentando la estratificación social de una manera significativa a estas alturas.
Por otro lado hay que tener en cuenta la desigualdad que se crea materialmente entre las clases sociales. Como ya he dicho, los jóvenes sufren ya que su nivel económico es bajo, o demasiado bajo. Pero aunque esto sea así los jóvenes no reniegan de su derecho de estar a la “última” y por lo tanto esto implica aun más gasto, apurado un dinero del que no disponen. El hecho de querer los avances tecnológicos de los que disponen las clases sociales altas es un problema generalizado en la sociedad, pero que se ve agravado entre los jóvenes ya que ellos son los que más avanzados van en el tema de las nuevas tecnologías. La única forma que encuentran para acceder a ellas es endeudarse y hacer que el nivel de vida de sus familias y su renta descienda drásticamente. Este hecho provoca malestar entre clases sociales y por lo tanto “disputas” y peleas por parte de ambos. Un claro ejemplo de ello es la situación que se vive en La Clase, una película de Laurent Cantet. En ella conviven jóvenes problemáticos de diferentes sociales y lo único que les une realmente es su poco nivel intelectual y por lo tanto cultural. Gracias esto podemos ver que realmente, las clases sociales tampoco entienden de la deserción en los estudios de la mayoría de los jóvenes, pero aunque esto sea así, la mayor parte de los jóvenes que se dejan los estudios proviene de las clases medias-bajas.
Otra desigualdad que me gustaría destacar en la sociedad española, que se da también en la película La Clase, es la desigualdad y el poco entendimiento entre generaciones. Algo que se ve claramente aumentado por el problema de la desigualdad económica que hay en España. El ejemplo de La Clase es perfecto para demostrarlo. El poco respeto que tienen los alumnos, los jóvenes, hacia los profesores, generaciones mayores, es un claro ejemplo de lo que está sucediendo en este país. Las nuevas generaciones no entienden, o poco entienden, de respeto a los mayores y esto se debe a la poca educación, ya sea mala o poca, que han recibido. Este hecho me parece significativo y muy relacionado con el tema que estoy tratando ya que aquí es donde mejor se puede ver el poco nivel educacional y además la estratificación social de España, sobre todo en esta época que ya lleva durando más de 5 años. En muchos de los casos los jóvenes llegan incluso a la agresión física de sus mayores y como mejor ejemplo me gustaría nombrar el maltrato que reciben algunos padres por parte de sus hijos. El hecho de que algunos padres reciban maltratos por parte de una generación menos, la cual corresponde a la de sus hijos me parece un claro síntoma de la estratificación social de España. Muchos jóvenes, al no saber qué hacer con su vida, culpan a las generaciones anteriores y lo único que hacen es quejarse pero son incapaces de salir a la calle a protestar por lo que está sucediendo en el país y por lo tanto “pagan” su furia con los mayores.
Por último me gustaría destacar que el hecho de que el papel de la educación cada vez se tiene menos en cuenta, tanto por parte de los jóvenes, como de los padres y del gobierno, es cada vez más un hecho muy evidente de la situación española. Si no hay estudios no hay futuro, si no hay futuro no hay trabajo, si no hay trabajo no hay ingresos, sin ingresos el país no sobrevivirá y si esto ocurre, la estratificación social dejará de serlo y nos convertirá a todos en parte de una todo, en el cual las reglas se hayan perdido y los modales hayan desaparecido.