15/04/11
La sociedad española está marcada por un contexto histórico que no ha permitido un completo desarrollo tanto progresista como económico. Si tuviéramos que situar a la sociedad española en relación con sus propios medios de comunicación diríamos que estos se han adecuado al comportamiento de sus espectadores, por no decir de sus gustos.
La sociedad española está marcada por un contexto histórico que no ha permitido un completo desarrollo tanto progresista como económico. Si tuviéramos que situar a la sociedad española en relación con sus propios medios de comunicación diríamos que estos se han adecuado al comportamiento de sus espectadores, por no decir de sus gustos.
Por un lado, destacamos los programas televisivos, donde en su mayoría la temática gira en torno a un grupo de individuos que “venden” la vida de unos pocos famosos con el objetivo de entretener. A parte, los canales televisivos presenten en nuestro país disponen de una ideología independiente a causa del bipartidismo que vive la sociedad desde la época franquista. Es por ello, que no sólo se pretende mantener al espectador entretenido con cualquier contenido de farándula sino que además se busca una identificación ideológica del espectador con el medio con el fin de pertenecer a uno de los dos bandos más importantes del gobierno español.
Los canales culturales son escasos y esto se ve reflejado en la sociedad. Los jóvenes son cada vez más escépticos culturalmente y la crisis que sufre nuestro país actualmente y su elevada tasa de parados está creando un conflicto tanto ideológico como económico.
Así pues, la sociedad española es un reflejo de sus medios de comunicación, capaces de controlar a la masas y guiar a cada individuo a una ideología u otra.
Pero, ¿Cómo se ve reflejado en la publicidad y el consumo? ¿Qué papel debería cumplir la publicidad?
Para poder entender como se relaciona la publicidad con nuestra sociedad empezaremos por definir qué es la publicidad. Se trata de un conjunto de medios para dar a conocer un producto o servicio, es un negocio mediante el cual el anunciante influye a otros seres humanos ofreciéndoles soluciones para sus problemas y creando a la vez necesidades que ellos en verdad no tienen.
Partiendo de estos conocimientos de publicidad, se ha comprobado que toda publicidad tiene una influencia muy poderosa en la sociedad consumidora, y sobretodo en los más pequeños, que son los niños y los adolescentes, que se encuentran en proceso de formación. Esta influencia genera efectos en los consumidores, haciendo que estos cambien hasta su manera de pensar acerca de diversos temas.
Nosotros, como ciudadanos pertenecientes a una sociedad, no somos capaces de evitar la cantidad de mensajes que nos llegan día a día anunciando miles de marcas. Por tanto, la publicidad es capaz de cambiar nuestra conducta e incluso controlar nuestros deseos consumistas.
Así pues, la publicidad actúa del mismo modo que lo hace la sociedad adaptándose a sus gustos y necesidades. Si la comunicación es un reflejo de la sociedad, la sociedad es un reflejo de la publicidad.
El papel que desempeña es importante. La propaganda política y la publicidad institucional tienen el objetivo de influir en la ciudadanía para establecer un afecto ideológico o controlar las conductas de la población.
En todo caso, la publicidad es capaz de mejorar una estructura social. Puesto que está presente en todos los medios de comunicación y la mayoría se adaptan a las últimas tendencias que crea la misma, puede conseguir que una sociedad como la española cambie, se actualice, abandone los años del franquismo y salga adelante en una Europa que está evolucionando a un ritmo frenético y que nos llevará a una mejora de la estructura española.
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